“En una sociedad que celebra lo inesencial, la arquitectura puede, desde su ámbito, oponer resistencia, oponerse al desgaste de formas y significados, y hablar su propio lenguaje” (Zumthor)
En una buena e intensa situación urbana, el edificio forma un núcleo interno de espacios sociales conectados que hace visible su ocupación y anima a una vinculación con la comunidad.
Variaciones sobre la estructura, sobre la matriz elegida, enriquecen las potencialidades del edificio y sirven para clarificar la posición de cada una de sus partes.
El resultado, unas plantas con una geometría de fractura calculada.