La ordenación propuesta se integra en la topografía y en la estructura muraría de la parcela resolviendo la transición entre arquitectura y entorno.
Su configuración definitiva, tiene que ver con el correcto soleamiento de cada una de las viviendas, y la búsqueda de unos volúmenes continuos de máxima compacidad que las envuelva.
Los materiales y sistemas de construcción tienen su lógica,y aquí no se han forzado. Claridad en el detalle, claridad en el montaje,durabilidad, solidez y economía de medios, han primado en la elección de la paleta matérica. La ausencia buscada de todo elemento superfluo, la claridad tipológica, la solidez, la normalidad y dignidad de los volúmenes proyectados nos acercan a una cierta idea “clásica”, porque su estructura está basada en unas reglas claras por todos reconocibles y por tanto nos habla de su carácter colectivo necesario en este tipo de edificios.
En la claridad compositiva, en la limpia geometría proyectada, en una cierta monotonía muy buscada, y en la sencillez del detalle se busca su fácil conservación, mantenimiento y limpieza.
Proporción, ritmo y contraste buscan la necesaria calidad visual.
La sinceridad constructiva, lo limitado de la paleta matérica utilizada, su volumetría, el orden de los agrupamiento de huecos y su contraste con las excepciones introducidas, deben ser suficientes para resolver la imagen del edificio.
Su lenguaje arquitectónico abstracto y neutro permitirá el difícil contacto con los edificios existentes en su derredor.
Nuestro fin; construir una arquitectura “normal” de la más alta calidad.
Sabemos también por el poeta que: “…sólo la palabra exacta es de utilidad pública…” Eugenio de Andrade.
